miércoles, junio 11, 2008
PASADO MAÑANA
Ella en la ventana abierta y sus ojos fijos en la calzada. Sus ojos que no dudan, que atraviesan, que son eternos. Da la vuelta y mira su cuarto como mirando sueños perdidos. Al tiempo se deja resbalar, de espaldas al vacío, los cinco pisos completos. Su cuerpo se revienta contra el asfalto seguramente por el aumento en la aceleración que la caída libre debió tener por el peso extra del pequeño cuerpecito no nato que llevaba en su vientre.-